Ponte tu mejor disfraz y vive el carnaval en el Mogan Mall

Como cada año por estas fechas, las calles se llenan de color y la purpurina se convierte en la protagonista de todos los maquillajes. Disfraces de lo más originales, pelucas que se mimetizan a la perfección con el atuendo de todo carnavalero y muchas ganas de pasarlo bien. El carnaval se apodera de las islas Canarias durante varios días consiguiendo dejar, por un momento, los problemas a un lado. Ya lo decía la conocida Celia Cruz: ¡No hay que llorar, que las penas se van cantando!

Pero el carnaval no solo se vive en las calles, el centro comercial Mogan Mall se viste de mil colores para celebrar estas fechas tan características. Si todavía no tienes atuendo, es hora de ponerte a ello, de lo contrario seguro que podrás reciclar cualquiera que te hayas puesto en otras ocasiones. ¡Ponte tu mejor disfraz y entra en el carnaval!

Una fiesta con mucha historia

La palabra carnaval procede del latín carnelevare, lo que se traduce como “abandonar la carne”. Este hecho hace referencia al banquete que solían preparar de forma tradicional el último día antes de que comenzara el periodo de Cuaresma (los cuarenta días en los que no está permitido comer carne como dicta la religión cristiana). Según cuentan algunos historiadores, esta tradición fue propuesta por la Iglesia Católica a principios de la Edad Media.

En nuestro país, podemos encontrar documentado desde el Medievo esta celebración que irá evolucionando y adquiriendo una personalidad inconfundible a partir del Renacimiento. La literatura española y otras artes han recogido históricamente esta festividad que consigue que nuestro cuerpo no se pueda resistir y siga el ritmo de la música.

Exprime al máximo estos carnavales en el Mogan Mall

¡No te lo pienses! Disfruta de estas fiestas carnavaleras en un entorno inmejorable a una temperatura de película. Aprovecha para poder disfrazarte de lo que siempre quisiste y experimenta un carnaval único y completamente diferente en Mogán.

¡Esta es tu oportunidad! Que no te lo cuenten, vívelo.

 

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